Tendencia Meal Prepping: ventajas y riesgos, y el papel del agua potable
Entre el trabajo, las citas y las tareas del hogar, rara vez queda tiempo para preparar cada comida; por eso, muchos recurren a la comida rápida o improvisan con lo que tienen en la nevera. Una tendencia actual y posible alternativa es el Meal Prepping. El término proviene del inglés (meal preparation) y describe la preparación planificada de comidas, ya sea para el día siguiente o para toda la semana. Pero, ¿cómo de seguras son las comidas preparadas de antemano desde el punto de vista microbiológico? ¿Qué riesgos existen en cuanto a la durabilidad y la higiene alimentaria? ¿Y qué papel juega el agua potable utilizada?
Riesgos microbiológicos del Meal Prepping
Siempre que se procesan, almacenan o consumen alimentos, existen riesgos relacionados con la higiene alimentaria. Además de los estándares generales de higiene, se deben observar especialmente los siguientes aspectos para evitar peligros microbiológicos.
Contaminación durante la preparación
La preparación de alimentos conlleva el riesgo de las llamadas contaminaciones cruzadas: bacterias dañinas se transfieren de un alimento a otro. El peligro es especialmente alto al manipular carne cruda o huevos, ya que pueden contener patógenos como la salmonela. Además de una limpieza a fondo –también de las manos y los utensilios de cocina–, es importante almacenar y procesar los alimentos crudos y cocinados por separado.
Almacenamiento inadecuado
Un almacenamiento incorrecto de los platos de Meal Prep listos puede provocar una rápida proliferación de bacterias perjudiciales para la salud. Para evitarlo, es esencial un almacenamiento seco y fresco, así como el uso de recipientes que se puedan cerrar completamente. En el frigorífico, los alimentos se pueden conservar de forma segura durante unos 3 o 4 días. Para un almacenamiento más prolongado, las comidas deben congelarse; en el congelador se conservan hasta 12 meses.
Problemas con el almacenamiento en agua
El Meal Prepping va más allá de precocinar comidas completas; también incluye la preparación inteligente de ingredientes individuales como frutas o verduras frescas. En las redes sociales circula a menudo un supuesto truco secreto: conservar la fruta o verdura pelada y cortada en recipientes llenos de agua del grifo. Desde el punto de vista microbiológico, este no es un método recomendable: Por un lado, los alimentos pelados se contaminan al entrar en contacto con las manos, y estas bacterias se multiplican en el agua. Por otro, los alimentos cortados liberan muchos nutrientes al agua con pocas bacterias. Como resultado, pierden tanto sabor como calidad. El biólogo Dr. Rainer Wegerhoff lo demostró una vez de forma microscópica al famoso chef Tim Melzer: cortó hojas de lechuga y mostró de forma impresionante la salida de líquido celular y el crecimiento de bacterias de putrefacción bajo el microscopio.