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Cuidado con las tuberías de agua fría. Evitar Legionella y Pseudomonas aeruginosa 

El agua potable es esencial para el ser humano, pero aun así puede representar un peligro si las instalaciones no se planifican, instalan y operan correctamente. Para preservar la calidad del agua potable y evitar la proliferación excesiva de bacterias peligrosas para nuestra salud (como Legionella o Pseudomonas aeruginosa), hay dos aspectos críticos que deben tenerse en cuenta: la renovación del agua al menos cada 72 horas y el cumplimiento de los límites de temperatura para el agua potable caliente (PWH) y el agua potable fría (PWC). Y es que en los últimos años, se ha detectado que una temperatura del agua muy fría se vuelve un riesgo higiénico para el agua potable en los edificios. Sin embargo, los planificadores y operadores pueden prevenir que el agua fría se caliente por encima de los valores permitidos implementando medidas estructurales y operativas específicas y así evitar rehabilitaciones costosas.

Legionella y Pseudomonas aeruginosa: ¿qué son exactamente? 

Legionella spec. y Pseudomonas aeruginosa son bacterias en forma de bacilo que pueden encontrarse de forma natural en el agua potable a concentraciones muy bajas. Sin embargo, una concentración alta puede causar importantes problemas de salud. Las personas vulnerables o con enfermedades preexistentes corren un peligro especial; por lo que estas bacterias se consideran indicadores clave para una higiene adecuada del agua potable en el ámbito sanitario.

Comparación directa entre Legionella y Pseudomonas aeruginosa 

Las siguientes tablas comparan las principales características de las bacterias Pseudomonas aeruginosa y Legionella spec.:

Comparativa de las características y la importancia de la Pseudomonas aeruginosa y la Legionella spec.
Pseudomonas aeruginosa Legionella pneumophila Se multiplica incluso entre 10 °C y 15 °C, pero lentamente Apenas se multiplica por debajo de 25 °C y por encima de 55 °C, lentamente hasta 27 °C                  
Se multiplica mucho entre 25 °C y 40 °C Se multiplica mucho entre 35 °C y 45 °C A menudo es colonizador inicial por ser poco competitiva, sobre todo a bajas temperaturas No es colonizador inicial porque se multiplica casi solo en amebas, y estas viven de otras bacterias Forma biopelículas para protegerse de la desinfección No forma biopelículas Se detectan en componentes sometidos a pruebas en húmedo. A menudo se detecta en sifones No se detecta en componentes nuevos Aparece incluso si se cumplen las reglas técnicas generalmente aceptadas para instalaciones de agua potable No hay concentraciones altas si se cumplen dichas reglas Puede reducirse su presencia con una renovación continua del agua y la aparición de otras bacterias comunes por ser poco competitiva (colonizador inicial; pero no siempre) Puede evitarse de manera efectiva manteniendo temperaturas (≤ 25 °C y ≥ 55 °C). Para eso también se necesita una renovación periódica del agua. Análisis del agua potable según la «Recomendación sobre los análisis necesarios de Pseudomonas aeruginosa, evaluación de riesgos y medidas en caso de detección en agua potable» del Ministerio Federal Alemán de Medio Ambiente Análisis del agua potable según el artículo §14b del Reglamento sobre Agua Potable
Comparativa de las principales características de Pseudomonas aeruginosa y Legionella spec.
Pseudomonas aeruginosa Legionella pneumophila Bacteria en forma de bacilo Bacteria en forma de bacilo Muy importante en infecciones nosocomiales. Por ejemplo, a través de elementos invasivos en contacto con agua potable: catéteres, tubos de respiración, lentes de contacto, implantes. Importante en heridas graves y crónicas y en quemaduras. Muy importante en enfermedades subyacentes como la fibrosis quística. Muy importante en aparatos que generan aerosoles: sistemas de climatización, torres de refrigeración, plantas depuradoras en el sector cervecero, duchas, etc. Bajas exigencias nutricionales: se alimenta del carbono presente en el aire Altas exigencias nutricionales: se multiplica en amebas específicas Multirresistente a antibióticos (aprox. 16 % de los aislados en 2009) Solo tratable con antibióticos específicos Tiempo de duplicación alto: aprox. 20 min (óptimo) Tiempo de duplicación bajo: aprox. 2 a 4 h (óptimo) Neumonía, sepsis, infecciones (de heridas), etc. Produce pus azul verdoso con olor a flor de tilo Neumonía atípica con letalidad del 10–15 %, fiebre de Pontiac (síntomas similares a la gripe) Segundo patógeno más común de neumonías nosocomiales, tercero en infecciones urinarias, octavo en sepsis (aprox. 10 % de las muertes = aprox. 7.000 muertes al año en Alemania) Incidencia sin casos hospitalarios: 18 a 36 por cada 100.000 habitantes (estimación), aprox. 30.000 casos por año, alrededor de 3.000 muertes

Causas de contaminación en tuberías de agua fría 

Desde hace unos diez años se ha observado que los problemas con las legionelas se han vuelto más habituales en las tuberías de agua fría que en las de agua caliente. Una de las explicaciones principales es el creciente hermetismo de las envolventes de los edificios y las llamadas «instalaciones de lujo», que incorporan sistemas de tuberías más extensas y complejas, así como instalaciones con intercambiadores de calor donde el agua fría se mezcla con el agua caliente en circulación dentro de tabiques. 

Puntos débiles técnicos en las instalaciones de agua potable 

Para garantizar una calidad higiénica adecuada del agua potable, la temperatura del agua caliente (PWH) debe alcanzar al menos 55 °C después de descargar los primeros 3 litros en cada punto de toma. En el caso del agua potable fría (PWC), esta temperatura debe mantenerse por debajo de 25 °C, también tras una descarga de 3 litros. Sin embargo, en la práctica muchos factores constructivos pueden calentar el agua fría por encima de lo permitido y originar un riesgo de contaminación: 

  • Sistemas constructivos modernos: instalaciones de agua potable sobredimensionadas e hidráulicamente difíciles de controlar, con un número excesivo de puntos de consumo. En comparación con las instalaciones de pieza en T, los sistemas modernos pueden tener hasta un 29 % más de superficie interna que absorbe más calor (PWC); y este almacenamiento de calor aumenta el volumen de agua que se calienta hasta un 25 %. Resultado: calidad higiénica del agua potable comprometida. 
  • Falta de separación térmica entre las tuberías de agua fría y caliente (p. ej., conductos verticales compartidos para ambas tuberías o temperaturas muy altas en salas técnicas) que genera una transferencia no deseada de calor al agua fría. 
  • Instalaciones de agua potable complejas con circuitos de recirculación con riesgo higiénico e innecesarios dentro de tabiques, aunque se cumpla con la norma de la descarga de 3 litros para tuberías individuales. Resultado: temperaturas altas del agua fría y mayores pérdidas térmicas por recirculación. 
  • Los componentes contaminados (p. ej., por las pruebas de estanqueidad en fábrica realizadas con agua) pueden contaminar la instalación de agua potable ya antes de la puesta en servicio con microorganismos, sobre todo con Pseudomonas aeruginosa.

El papel del funcionamiento y uso 

Además de los aspectos constructivos, el funcionamiento conforme a lo previsto y el uso regular de todos los puntos de consumo desempeñan un papel clave para preservar la calidad del agua potable en los edificios. En otras palabras, las instalaciones de agua potable deben utilizarse de forma habitual, activando todos los puntos de consumo al menos cada 72 horas. También deben respetarse las condiciones operativas y los rangos de temperatura segura establecidos en la fase de planificación y construcción, tanto para el agua caliente como para el agua fría. El punto de toma que no se utiliza de forma periódica se convierte en una tubería muerta pero llena de vida en el interior, sin importar el tipo de diseño de tuberías. Además, deben efectuarse controles periódicos del estado funcional de todos los componentes y, si fuera necesario, realizar las tareas mantenimiento correspondientes para garantizar un funcionamiento seguro. Estas tareas forman parte del funcionamiento conforme al uso previsto y en ningún caso deben limitarse a renovar el agua de forma regular.

Obligaciones del operador 

Para garantizar un funcionamiento conforme al uso previsto y evitar una proliferación excesiva de bacterias, todo el agua debe renovarse periódicamente —al menos cada 72 horas— en todos los puntos de consumo. Esta obligación para los operadores de instalaciones de agua potable se recoge en el artículo 13 de la regulación alemana del agua potable (TrinkwV). Asimismo, durante el funcionamiento deben cumplirse como mínimo las reglas técnicas generalmente aceptadas. Estas reglas, según DVGW y VDI, exigen renovar por completo el agua con cierta periodicidad y en todos los puntos de consumo. ¡Solo así es posible conservar la calidad del agua en el edificio! No hay alternativas posibles aquí: ni mediante diseños especiales de tuberías ni renovando el agua a través de estaciones terminales de descarga, que solo pueden tener una función complementaria.

Obligación de análisis de legionela en el agua fría 

Si se sospecha que el agua fría supera las temperaturas recomendadas, debe someterse a un análisis para detectar la presencia de Legionella (según DVGW W 551 (A)). Hacerlo es sencillo: Se dejan correr 3 litros de agua y si la temperatura del agua fría supera los conocidos 25 °C —medidos en un volumen de 250 ml, (VDI 6023 Hoja 1)—, se confirma la sospecha. Estos nuevos parámetros son más actuales y precisos y han reemplazado la «regla de los 30 segundos» de la norma DIN 1988-200.

Medidas para prevenir temperaturas altas del agua fría 

Además de los riesgos para la salud, las temperaturas excesivas en el agua fría pueden tener consecuencias económicas si fuera necesario realizar reformas grandes. No obstante, estos costes pueden evitarse si la planificación y la instalación se llevan a cabo de manera profesional y siendo conscientes del riesgo higiénico. Al respecto se distinguen medidas constructivas y de planificación (medidas pasivas) y medidas operativas (medidas activas). En resumen, se trata de separar físicamente, y en la medida de lo posible, los tramos de tuberías de agua caliente y fría. Pero ni siquiera un aislamiento total puede evitar el riesgo higiénico del todo, lo que hace en verdad es retrasar el equilibrio térmico, no impedirlo (DIN 1988-200).

Medidas pasivas: mantener la calidad del agua potable empieza con la planificación de la instalación. 

Para evitar la proliferación excesiva de legionela, es necesario minimizar al máximo la transferencia de calor al agua fría. Para ello, los planificadores e instaladores deben tener en cuenta ciertos aspectos clave a la hora de planificar y dimensionar las instalaciones de agua potable: 

  • Instalar tuberías de agua caliente y fría en conductos independientes: de esta forma se evita la transferencia de calor hacia la tubería de agua fría. Sin embargo, esto solo es viable si el inversor da instrucciones claras al arquitecto. Al final se conseguirán instalaciones de agua potable seguras en lugar de una fuente de problemas persistentes y caros.
  • Evitar que las tuberías de agua fría discurran por lugares cálidos: las acometidas de agua en una vivienda, los descalcificadores, etc. deben instalarse en salas técnicas independientes y frescas, nunca en el mismo espacio que las conexiones de calefacción o de redes de calor urbano. 
  • Garantizar la renovación periódica y completa del agua en todos los puntos de consumo gracias a un diseño optimizado de las tuberías, recorridos cortos y un menor volumen de tubería (preferentemente con instalaciones de pieza en T)
  • Reducir al mínimo los cruces entre tuberías de agua caliente y fría: en estos «puntos críticos» pueden formarse «nidos» de legionela que llegan a contaminar toda la instalación de agua potable. 
  • Nunca se deben instalar tuberías de agua fría bajo suelos radiantes, tiene que dejarse siempre una separación mínima lateral (CEN/TR 16355). 
  • Las tuberías de recirculación de agua caliente no deben llegar nunca hasta los puntos de consumo en tabiques, sino instalarse mediante derivaciones. Las derivaciones de tuberías que no superen los 3 litros de volumen siguen estando permitidas desde el punto de vista higiénico. Un volumen de 1,5 litros en tuberías de 15 mm de diámetro equivale a más de 10 metros de longitud de conexión y con un uso de 20 segundos, ese volumen ya se renueva por completo.

Medidas activas: garantizar la higiene del agua potable durante el funcionamiento 

Incluso la mejor planificación técnica e higiénica de una instalación de agua potable resulta inútil si no se renueva el agua periódicamente y por completo en todos los puntos de consumo. Consejo: Los propietarios de locales comerciales o edificios residenciales deben informar a los inquilinos de lo importante que es usar con regularidad todos los puntos de consumo y reflejar esta obligación en el contrato de alquiler. Además del uso habitual, se requieren las siguientes medidas para conservar la calidad del agua potable de forma óptima: 

  • Descargas antiestancamiento regulares en caso de interrupciones del servicio de más de 72 horas: pueden realizarse manualmente mediante planes de descarga o, de forma más eficiente, con un sistema de gestión de agua automatizado como el sistema SWS de SHELL. 
  • Supervisión de las temperaturas del agua fría y caliente mediante sensores de temperatura: con el sistema SWS de SHELL, las descargas antiestancamiento pueden activarse automáticamente según tiempo y temperatura. El sistema reacciona de inmediato y de forma automática cuando se superan o no se alcanzan los límites de temperatura.
  • Realizar de forma periódica tareas de mantenimiento (inspección, revisión, mejoras, etc.) conforme a las indicaciones del fabricante y la DIN EN 806-5. 

La BTGA ofrece más recomendaciones detalladas sobre medidas pasivas y activas para mantener las temperaturas del agua potable fría dentro de los límites higiénicos y normativos en su guía práctica «¿Cómo mantener el agua fría potable fría?».

Asegurar la calidad y temperatura del agua con renovaciones regulares y completas: SCHELL SWS 

Conservar la calidad del agua potable es una responsabilidad central tanto para los planificadores como para los operadores de instalaciones de agua potable. Es elemental prestar atención a las tuberías de agua fría; ya que aquí el riesgo de proliferación excesiva de Legionella y Pseudomonas aeruginosa es muy alto. Con una planificación y diseño óptimos de la instalación (medidas pasivas) combinados con una operación higiénicamente adecuada (medidas activas), es posible evitar el calentamiento excesivo del agua fría y el riesgo de contaminación con eficacia. Los sistemas de gestión de agua como SWS de SCHELL ofrecen una solución segura y de alta eficacia para efectuar descargas antiestancamiento automáticas en función del tiempo y la temperatura.

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